De como aprendí a bailar con mis miedos en un Gran Salón

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Estoy emocionada porque participaré en la Feria de Ilustración Gran Salón *  en su segunda edición. Estoy muy agradecida por la invitación. Trabajé mucho para esas piezas y me hace feliz que alguien más además de mi basset hound, mi perra anciana y S (que es el más fiel fan pero por lo mismo no puedo confiarme (aunque por eso lo adoro)) pueda ver algo creado por mí  sin photoshop ni explicaciones previas que puedan lograr llenar los huecos que mis trazos no lograron.

Dudé un rato para escribir esto, entre un huracán de cosas que sólo hicieron como una cortina de arena y niebla en medio de donde yo me encontraba y a donde tenía que llegar en los días pasados, apenas siento que todo vuelve a foco durante hoy por la mañana. Sé que muchos de mis compañeros de expo son ya veteranos en esto, pero yo estoy virgencita y me voy estrenando. Y mi mood baila entre emocionarme como niña y mantenerme cool y tranquila como si no fuera gran cosa,   the truth is… que me di cuenta que detrás de todo  estaba el miedo. A reconocer que ya ando más metida en esto de lo que pensaba y a entender que aún falta un largo larguísimo camino. A las explicaciones que me ha tocado dar (y que apenas ayer me di cuenta no debía darlas si no quería) sobre que no, no es que “ahora sea ilustradora y deje de escribir”, sino que los dos son para mí como dos pisos distintos en un mismo edificio (esa metáfora tiene sentido para mí pero al parecer para nadie más). En fin, que de todo lo que se ha tratado mi año ha sido de brincar miedos. La palabra “vencer” no me suena, porque en realidad no he peleado contra ellos, sino que los distraigo mientras sigo haciendo lo mío y en los highlightsde nuestra historia, hemos tomado un mezcal o visto “how I met your mother” juntos (a todos mis miedos y a mí el que mejor nos cae es Marshall y a partir de eso pudimos encontrar algo en común entre nosotros). Pero bueno, que mientras mis miedos juegan con Capicúa un momento, escribo este post, para no dejar pasar esto, que ha sido un evento bien bonito en un 2015 lleno de puro reality checks. Que me niego a dejarlo pasar así como si nada, y aunque mi primer reflejo es hacerme chiquita y dejar pasar los comentarios y menciones IRL o Social Media, hoy asomo la cabeza y hasta logró levantar la mano si me mencionan. Un gran avance para mí si me dejan opinar. Y están además las porras de las personas que han visto pulular mis ilustraciones por ahí y las personas que confiaron en mí, que al final de todo se llevan el día y casi que sólo por eso vale la pena todo.

La razón por la que me emociona tanto, es que Gran Salón es un gran gran proyecto, que poco a poco se convierte en referencia y que está haciendo algo muy lindo por los ilustradores en México: comunidad. Si logramos entender que entre todos llegamos mucho más lejos y que una red es justo para no dejarnos caer entre nosotros, las cosas pueden ser tremendas en el campo de la Ilustración (e incluso en cualquier campo creativo que comprenda la fuerza en crudo que tiene hacer comunidad) en mi país. Y eso me emociona mucho, así sin miedo a parecer demasiado dorky o no ser lo suficiente cool.

* Al cual me referí un par de veces como Salón Corona, sólo porque mi cerebro hace conexiones estúpidas y por lo que quedé como una alcohólica irremediable frente a personas que al parecer eran un tanto importantes.

Ya no quiero más volverte a encontrar, ni verte

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Recordar a manera de un gif perpetuo, una peli, una buena idea, una sensación que no es ni triste ni feliz, sino que baila en el pequeño puente que me lleva de una a otra es una de las cosas que más me gusta, pero (aún no sé bien la razón) de las que menos suelo hacer.

Ya viene el otoño y él siempre me ayuda a llevarse todo lo que no me deja ver, lo que me tiene atorada. Lo sé porque luego de mucho tiempo de no asomarme por aquí, logré encontrar mi camino de vuelta sin preguntarme demasiado cómo ni por qué, luego de pensar una y otra vez en The girl y sus ojos y esa escena tan sexy y tierna con los aretes. Y la manera en que una película de vampiros me hacía viajar entre Imperator Furiosa y Los olvidados. Agradezco siempre cuando una historia me hace pensar en ella luego de días o semanas de haberla visto. Me hace volver a alguna escena en específico, tal y como a veces, mientras lavas los platos o te pones un calcetín, la sensación del aliento dulce y tibio de alguien, instantes antes de besarlo por primera vez, regresa a ti sin avisar, así simplemente.

El soundtrack de A Girl Walks Home Alone at Night  es la ondita. Sin embargo, cuando salí del cine y luego de checar stills para hacer este gif, lo que más sonaba en mi cabeza era esa música de cabaret de México en los 40’s.  Seguro  son asociaciones extrañas al inicio que con cuestión de rascarle un poco las conexiones se vuelven obvias. Pero hoy no quiero, contrario a lo que siempre hago, prefiero tener en mi cabeza este mix de música de cabaret y esta hermosa  chica bad ass con el delineador más negro que su alma y la nuca más bella que he visto en el cine los últimos años, como algo que durante meses no he podido separar.

No he logrado dejar de pensar en ella. Este es un intento de sacarla de mi cabeza para traerla a vivir aquí, como una vida pequeñita. Porque sí, porque por lo que he visto,  le gusta vivir en huequitos donde casi  nadie se asoma y bailar frente al espejo, como yo.

To feel much more than know

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“To hear never-heard sounds,
To see never-seen colors and shapes,
To try to understand the imperceptible
Power pervading the world;
To fly and find pure ethereal substances
That are not of matter
But of that invisible soul pervading reality.
To hear another soul and to whisper to another soul;
To be a lantern in the darkness
Or an umbrella in a stormy day;
To feel much more than know.
To be the eyes of an eagle, slope of a mountain;
To be a wave understanding the influence of the moon;
To be a tree and read the memory of the leaves;
To be an insignificant pedestrian on the streets
Of crazy cities watching, watching, and watching.
To be a smile on the face of a woman
And shine in her memory
As a moment saved without planning.”
Dejan Stojanovic

 

Este es el guardián de mi otoño 2014. Una de mis temporadas favoritas. La luz cambia y el viento se hace frío y tiene una manera de pegar en la cara, que hace siempre sentirme en casa y me despierta cuando he estado demasiado absorta en mis tribulaciones. Pero en estos días, parece que el clima no quiere dejar ir el verano, aunque el aire ya comienza a estar helado y a llegar en ráfagas que apenas están tomando fuerza. Cuando las nubes lo permiten, salgo a presenciar el atardecer. En octubre los atardeceres son bellísimos y aunque el cielo ha estado tan nublado que pocas veces me ha tocado verlo, tengo la esperanza de que pronto, todas las tardes estarán llenas de naranjas y dorados y podré asomarme a la ventana y salir a la calle, mucho más veces en este mes.

Dudé mucho en crear este post. De pronto, con tantas cosas terribles que están ocurriendo (al menos en mi país, México),  subir un garabato y hablar de hojas que caen  me parece totalmente inútil. Pero luego pienso que tal vez de eso puede tratarse un poco, que a pesar de todo no se debe dejar de sonreír y de proteger lo que es importante y sagrado para cada uno.  Utilizar como sombrilla todas esas pequeñas alegrías y detalles secretos que te hacen sentir humano y que al mismo tiempo permiten que lo que ocurre en tu mundo todavía pueda dolerte e indignarte. Es como si un lado se cruzara al otro y fueran al final, una misma cosa, como una cinta de Möbius hecha de papel.

Este guardián será pues mi defensor de las cosas sencillas, quien  permita dejar(me) ir, dejar(me) estar, entre otras cosas. Y este es un primer paso, escribir este texto sin editarlo. Sin sobre-pensarlo. Sino dejarlo ser, así nomás.

Notas sueltas:

Esta rolita siempre regresa a mí en estos días. Y está en una playlist (por supuesto) que he ido armando para el otoño.

May you have a beautiful autumn, and so many smiles, like all the colors of the leaves that will lay on the ground.

Otra nota suelta:

Este orejón no solo es mío. Está aquí para quién lo necesite, para cuidar cualquier altar de cosas mínimas que sean el motor que los haga seguir.

 

Fuego es entonces el verano

fogata_valeriagasconPara mí, fuego es sinónimo de verano. Y de ninguna otra cosa. Fuego es el mar. Y la arena negra que hierve en las mañanas y resplandece por las noches. Es palitas de plástico y cubetas en forma de castillo. Es tener siete años y sentir mis hombros y espalda ardiendo por el sol. Fuego son todos mis primos haciendo un hoyo a la orilla del mar, intentando ganarle a la ola. Es la casita de playa de mis abuelos. La hielera llena de jamón y queso amarillo en cuadritos para los sándwiches y  cervezas para los adultos. Es tener las yemas de mis dedos arrugadas y los labios amoratados y aún así no querer regresar a cenar atún con mayonesa, tomate y cebolla, si no más bien quedarme otro ratito. Fuego es ver el atardecer en Playa Linda, y reunirnos todos en silencio a esperar que desaparezca el sol dentro del mar.
Fuego es esa fogata. La única fogata que recuerdo, con la luna llena color naranja y mi mamá explicándome que eso pasa cuando hace mucho calor. Es el sonido del mar a mis espaldas, que no puedo ver a menos que entrecierre los ojos y fije la mirada en la espuma de las olas. Es el olor a malvavisco quemado y la búsqueda de la varita con la longitud y diámetro ideal, para poder  meter en ella más de tres bombones  y si son sabor fresa, mejor. Fuego es escuchar el chisporroteo de la madera y ver las brasas saltando una y otra vez. Es no poder apartar la mirada de su resplandor  y recordar veinte años después sus diferentes tonos de amarillo y naranja.
Fuego es la sensación de vacío llegando a mí por primera vez. Y el intento de compararlo con el número limitado de emociones que he reunido a mis siete años. Es llegar a la conclusión de que ese hueco que siento no es mío, que existen  sentimientos que se reciclan, se viven por transfusión. Que vienen viajando desde mi madre,  mi abuela, la madre de mi abuela y la abuela de mi abuela. Es pensar que alguna vez, ellas también se sentaron frente a un  fuego con el mar a sus espaldas y sintieron una nostalgia que  las tomó por sorpresa. Pues la tristeza que nace de observar las llamas no tiene un minuto, ni siete años, si no más bien tres siglos.
Es comprender que esta sensación me persiguió desde que nací y esperó paciente a que fuera una niña contemplando una fogata dando la espalda al mar, para acurrucarse en mí y no volver a abandonarme.

Fuego es entonces el verano.

Ejercicio no. 3: Después

Otro ejercicio (tal vez último  de estos que suba al blog) del taller de storytelling. Este se trataba de contar la historia con una sola imagen, a partir de una idea o texto que no fuera mío.  Elegimos un poema, y ese sería considerado para ilustrar la portada de un libro de poemas del autor.

El primer ejercicio era escoger objetos de un mismo campo semántico y a partir de un objeto externo a ese campo, narrar la historia. El segundo  ejercicio era trabajar una metáfora.

Considero que  poco a poco la idea que inicia en mi cabeza aprende a bajar a través de mis manos. Eso me hace feliz, a pesar de que al poco rato me desespero. ¿Cuánto tiempo tardará en hacer download la imagen inicial al papel y las tintas? ¿En realidad alguna vez ocurre por completo? Por hoy y para no iniciar con el mood de insomnio tan temprano, dejo de pensar en eso, y me voy a seguir intentando bajar ideas al lápiz, en este abril que a veces se me confunde con cualquier noviembre.

1.

espejo

 

 

 

2.
bocaprop1

 

 

bocaprop2

Este es el poema que ilustré, que se supone ilustrará una selección de poemas de la autora.

Después

Y ahora se inicia
la pequeña vida
del sobreviviente de la catástrofe del amor:
hola, perros pequeños,
hola, vagabundos,
hola, autobuses y transeúntes
Soy una niña de pecho
acabo de nacer
del terrible parto del amor
Ya no amo
Ahora puedo ejercer en el mundo
inscribirme en él
soy una pieza más del engranaje
Ya no estoy loca.

Cristina Peri Rossi

Ex libris

El año pasado tomé un taller del que aprendí tal vez muchas (cualquier) cosas, menos las que iba a aprender. Nada mejor me pudo haber pasado. Hace poco noté que los ejercicios hechos durante esos días, han permanecido en mi forma de trabajar y en la manera en que me acerco ahora a  la narrativa de cualquier “texto”. Se han vuelto una herramienta recurrente. No quiero olvidarlos (al parecer este blog es, entre otro par de cosas, el baúl de curiosidades y notas mentales que no quiero perder), así que he decidido volver a hacer y subir por acá, los ejercicios de algunas sesiones. Las que más me gustaron o de las que más aprendí.

El ejercicio no. 1, fue  hacer un ex libris a partir de mi apellido, que encierre en él algo básico y/o importante de mi familia y de mí.  En esta versión decidí hacerlo sólo sobre mí, pues yo ya tengo una biblioteca aparte de la  de mi familia, y porque además arrear con mi apellido, justo en esta época de mi vida me está causando cierta turbulencia existencial. Así que por ahora, resultaron dos versiones, me decidiré más adelante por una y luego lo convertiré en un sello, para ponerlo en uso y darle vida, también.

exlibris_chico_valeriagascon exlibris_listonchico_valeriagascon

diciembre_valeriaEn esta época de foquitos, familia, abrazos y mucha comida, les deseo mucha paciencia, amor y felicidad. Que su Navidad sea muy divertida, y que el 2014 traiga sólo buenas sorpresas para ustedes. Además, creo que definitivamente ya es hora de que este sea nuestro año. Será nuestro año.

……..

In this time of the year, that is all about Christmas lights, family and a lot of yummy food, I wish you a lot of patience, love and happiness. May your Christmas be full of fun and laughter, and may 2014 be a beautiful surprise for you. Because I think is about time now, for this year to be our year.